viernes, 12 de febrero de 2010

El Ombliguismo


A L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.

V.·. M.·. Y QQ.·. HH.·. TODOS:

Motivado por los acontecimientos cotidianos, he decidido hacer esta plancha; quizás un poquito fuera de lo común; pero que mi interior sentía necesidad de hacerlo; a modo de descarga de tensiones vividas.
Dadas las circunstancias, he decidido denominarla:

EL OMBLIGUISMO

Los seres humanos tenemos una parte tan insignificante y tan importante de nuestro cuerpo como es el ombligo.

Ese, que cada uno exploraba cuando niño, ese del que no sabíamos para que servia mas que para juntar pelusa, hasta que alguien nos enseñara que era por donde estábamos conectados a Mamá; que por medio de él, durante nuestra gestación, Mamá nos alimentaba. Que gracias al ombligo crecimos en la panza de Mamá.

Entonces, nos dimos cuenta que fue y es una parte muy importante de nuestro cuerpo.
Como dijera Mafalda, el personaje de historietas de Joaquín Salvador Lavado, mas conocido por su seudónimo QUINO “El ombligo es el autógrafo de Mamá, que llevamos toda la vida”.

Tienen ombligo los negros, los blancos, los amarillos y los seres de todos los colores; los gordos, los flacos y los mas o menos, los altos, los bajos y los denominados normales; los ciegos, los sordos, los que padecen síndrome de DOWN y los que no, los hombres, las mujeres, los y las homosexuales. En resumen, todo ser viviente de la especie mamífera tiene ombligo.

Hay ombligos de muchos tipos, redondos, estirados, profundos, superficiales, lindos y menos lindos; pero, para cada uno de nosotros, el Ombligo es muy importante.
Los médicos los utilizaron y lo utilizan como punto de referencia de muchos de sus estudios; y ya se menciona al Ombligo en la Biblia “El Cantar de los Cantares” (Capitulo 7 Versículo 7.2) El Rey Salomón lo define –metafóricamente- como “...tu ombligo es un ánfora redonda donde nunca falta vino...”.

Entre otras virtudes, el ombligo es un punto erótico muy importante, quien llego al ombligo, seguramente llegará a la cima.
Por todas estas y varias razones mas, el Ombligo es una parte muy importante de nuestro Ego y de nuestra autoestima.

Lamentablemente encontramos personas que se miran tanto a su ombligo, que no se enteran de la realidad que los rodea. Tienen la creencia que sin ellos, el mundo dejaría de dar vueltas, el sol de alumbrar y calentar, la luna de ser romántica.
Desde su ignorancia se convierten en personas soberbias, altaneras, despreciativas, arrogantes.
En fin, todo un compendio de “No virtudes” que no hacen bien a nadie, ni siquiera a ellos mismo.

A diario vemos en nuestros quehaceres profanos y no profanos personas que hacen algo, con el solo objetivo de que se les agradezca y hacer ostentación de su Ego con el tan remanido “Yo hice esto” o “Esto fue hecho gracias a mi” o “Sin mi, esto no se hubiera hecho” y lo mas triste, es que se creen dueños de lo que hicieron o ayudaron a hacer.
O aquellos que circunstancialmente ocupan un cargo y no hacen más que resaltar el cargo que están ocupando, cuando en realidad, son efímeros ocupantes de una silla. Si esa silla la ocupara un mono las prerrogativas las tendría el mono, porque en realidad, las prerrogativas, las tiene la silla. Uno pasa, la silla perdura.
Esos que todo lo discuten, creyéndose dueños de la verdad absoluta, que para sustentar esa “verdad” recurren a argumentos falaces, imposibles de verificar. Veces y veces hemos escuchado “Como es tradición …” y se están refiriendo a una tradición de dos días.

Hay también quienes, como son uno más del montón y no tienen virtudes para destacar, solo se dedican a provocar y sembrar discordia en el resto del grupo, crean corrillos, dicen que el otro dijo y cuestionan porque este dijo lo que dijo. Esa es su lamentable forma de llamar la atención.
Que se hable de él, no importa si bien o mal, el asunto es que se hable de él.

Otros que, como ellos lo desconocen, nunca lo vivieron, nadie les contó y se guían por lo que tienen en la mano; a lo que alguien le dice, comenta o pregunta, responden que esos son producto de la imaginación de uno, que lo que van a hacer es nada mas que como ellos lo van a hacer y se termino, que no existen otras formas.
Esta ceguera y sordera son muy lamentables.

Están los que creen ciegamente en el poder de los metales que han ganado con el sudor de su frente, legal y honestamente; pero que, lamentablemente, usan para pretender comprar conciencias.
Con los metales, podemos comprar una muy buena almohada, pero no podremos comprar el sueño; podremos comprar libros, pero no podremos comprar los conocimientos que ellos contienen.

Afortunadamente, todos estos casos no son mayoría.
Una de las primeras cosas que me enseñaron al ser iniciado fue que un M.·. no hace algo esperando las “gracias” ni el reconocimiento por lo que hizo, para quienes esperan eso creo existen distintos clubes.

Un M.·. debe ser humilde, pasar desapercibido, mantener un perfil bajo.
Un M.·. no debe humillar a sus QQ.·. HH.·. ostentando hacerse cargo de una cuenta, demostrando ante sus HH.·. el poder económico que posee.
Un M.·. no debe hacer ostentación de su condición de M.·. ante profanos.
Un M.·. debe aprender constantemente, por eso somos eternos Ap.·. Aprender de lo bueno, pero capitalizando mucho mas las enseñanzas que le dejan las malas experiencias.
Un M.·. debe saber escuchar, dado que es más importante saber escuchar que saber hablar, recordando que, “El hombre es esclavo de sus palabras y amo de su silencio”.
Un M.·. debe ser paciente en todos sus actos; el arrebato no lleva por buen camino.
Un M.·. antes de juzgar a los demás debe juzgarse a si mismo.
Un M.·. nunca debe convertir un problema profano en un problema Mas.·.
Un M.·. debe, en todo momento ser tolerante, sobre todo con sus QQ.·. HH.·.
Un M.·. no tiene nacionalidad, dado que cuando el G.·. A.·. D.·. U.·. creo la tierra, no le puso fronteras; estas fueron puestas por el egoísmo del hombre, para delimitar su propiedad.

Por este principio, todos los M.·. somos miembros de la F.·.M.·. Universal.
Un M.·. puede asistir a T.·. en cualquier parte del mundo, sin restricciones; aunque no conozca el idioma, sabrá seguir la T.·. dado que los R.·. son los mismos, a excepción del toque particular que le de cada T.·.
Cada Log.·. es libre y soberana, no debe dar explicaciones a nadie de sus actos ni permitir intromisiones; y cada miembro de Log.·. también es libre y soberano.
Existe una línea de comunicación entre la Log.·. y las autoridades de la G.·. L.·. a la que se hallan afiliado; y es del G.·. M.·. con el V.·. M.·.
Asimismo, las comunicaciones entre las distintas Log.·. se hacen entre los V.·.M.·.
Tanto el G.·.M.·. como los V.·. M.·. comunicaran a los miembros correspondientes lo que crean conveniente de las distintas conversaciones mantenidas.
Conste que digo “conversaciones” no digo “Ordenes dadas” u “Ordenes recibidas”; porque en Mas.·. nadie da órdenes, todo se dialoga.

Estas y algunas cositas mas que me enseñaron en mi Familia –de sangre- desde pequeño, con la excusa de “Así se comportan los Hombres” y que con el paso del tiempo me las reiteraran, ampliadas, en mi Log.·. Madre, creo que deberían ser enseñadas y periódicamente recordadas a todos los Mas.·., incluyéndome.

Claro que todas estas enseñanzas, si son bien recepcionadas, harán que dejemos de mirarnos el ombligo; nos daríamos cuenta que nuestro ombligo no es lo mas importante de nuestro cuerpo, que todas las partes son igualmente importantes.
Así lograremos mirar a nuestro alrededor, darnos cuenta de la existencia de nuestro entorno, para aprender aún más.

Recordaríamos que estamos dentro de una L.·. que además de discreta, es Filosófica, Filantrópica y Progresista; y practicaríamos estos mandamientos.

Días atrás, conversando con un M.·. M.·. le sugerí que escribiera un libro, al que podría denominar “Masonería para Masones”, para que transmita de esta forma sus aprendizajes y sus vastos conocimientos sobre el tema. Esto causo gracia en dicho M.·. y, lamentablemente, me respondió “Muchos abandonarían la A.·.I.·.”.

Llegando a su fin, esta plancha, solo pretende reflejar alguna experiencias vividas por mi; que trato de mirar menos mi ombligo y velar por el prójimo.
Lamentablemente, no se si lo logro; porque soy una persona llena de imperfecciones, por no decir defectos.

Aqui y ahora, creo oportuno recordar unos versos del Martín Fierro, escrito por el Q.·.H.·. en el O.·. E.·. José Hernández:

“…Los hermanos sean unidos
Porque esa es la ley primera,
Tengan unión verdadera
En cualquier tiempo que sea,
Porque si entre ellos se pelean
Los devoran los de afuera…”

He dicho
H.·. Koya, M.·. M.·.

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