lunes, 29 de marzo de 2010

Se busca un amigo...



SE BUSCA UN AMIGO...

No necesita ser varón.
Basta que sea humano.
Basta tener un sentimiento y corazón.
Que sepa hablar y sepa callar.
Y sobre todo que sepa oír.
Le debe gustar la poesía de la madrugada,
de los pájaros, del sol, de la luna, del canto
de los vientos y de la canción de las brisas.
Debe tener amor, un gran amor por alguien.
O por lo menos, sentir la falta de un gran amor.
Debe amar al prójimo y respetar el dolor que todos
los caminantes llevan consigo.
Debe guardar secretos, bajo siete llaves,
sin traicionarnos nunca.
No es preciso que sea de primera mano.
Ni hace mal si ya fue engañado.
Todo el mundo pasa por eso algún día.
No es necesario que sea la pureza en persona.
Pero jamás debe ser vulgar.
Debe alimentar un ideal y tener miedo de perderlo.
No teniéndolo, que sienta el gran vacío de esa creencia.
Debe tener resonancias humanas, compadecerse
de las personas tristes, y comprender el inmenso
vacío de los solitarios.
Debe ser Don Quijote, pero sin despreciar
al pobre Sancho atribulado.
Búscate un amigo que se conmueva cuando digas "amigo".
Que sepa conversar de cosas simples, de los árboles,
de las grandes lluvias y de recuerdos de infancia.
Se necesita un amigo para que la gente no enloquezca.
Para compartir con él lo que se ha visto de bello y triste
durante el día: las ansias y trabajos, los sueños y la realidad.
A él deben gustar las calles desiertas. Los charcos de lluvia.
Los senderos mojados, al costado de las rutas. Los prados
mojados por el sereno. Y hasta recostarse en el césped.
Se necesita un amigo que nos diga constantemente que vale
la pena vivir, no porque la vida sea siempre hermosa,
sino porque la gente puede poseer el mayor tesoro,
que es un amigo
Se busca un amigo para detener nuestras lágrimas.
Para que la gente no viva mirando eternamente
el día anterior, reactualizando memorias queridas.
Un amigo que nos golpee el hombro, sonriendo, llorando,
pero que nos llame "amigo".
He dicho
Una
M.·. M.·.

domingo, 28 de marzo de 2010

Respetable Logia Acacia




A L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.


A partir del día sábado 20 de marzo del año en curso (e. v.) por nuestra propia decisión y con la aprobación de las Autoridades de la G.·. L.·. S.·. E.·. dejamos de ser la R.·. L.·. Joaquín Sorolla, para pasar a ser la R.·. L.·. Acacia.

Acacia, ese nombre tan significativo en la Mas.·., con el que vulgarmente se denomina a las plantas que pertenecen a la Orden Fabales; familia de las Fabaceae, subfamilia Mimosoedae; es, desde la antigüedad una madera noble. Los Hebreos utilizaban la Acacia Seyal, con la cual, según los Libros Sagrados, se construyo el Tabernáculo.

La acacia tiene la particularidad de generar sus propias defensas contra los depredadores, llegando a matarlos. Otra particularidad que tiene es que No se Pudre, siendo muy resistente a la cal, a la sequía y a la humedad.

Cuando uno elige un nombre, es que ve parecidos con lo que ese nombre representa. Nosotros elegimos Acacia, porque pese a los denodados esfuerzos que han hecho para pudrirnos, no lo han logrado; y si bien, no hemos matado a nuestro depredador, sabemos y somos concientes de ello, que lo hemos dejado en muy malas condiciones, soportado solamente, para no tener mas descrédito, que el que hasta ahora quienes lo soportan, tienen; al menos, para nosotros.

Así finaliza una etapa; pero comienza otra, dura, con muchos escollos por superar, para cumplir las metas que nos hemos impuesto y que seguramente, con la colaboración de todos nuestros allegados, hemos de lograr.

La Aug.·. Instit.·. es Filosófica, Filantrópica y Progresista. A desarrollar estos tres fundamentos, nos abocaremos de hoy en adelante.

No podemos dejar que Instituciones de reciente creación hagan nuestro trabajo, mientras nosotros embelesados, nos miramos el ombligo.

La Mas.·. es trabajo, sin esperar beneficio ni agradecimiento alguno.

Recientemente Haití y Chile sufrieron grandes terremotos y suramis; esa gente, esos QQ.·. HH.·. necesitan de nuestra ayuda; como muchos otros del resto del Mundo.

Enviar dinero – monedas profanas – es una forma fácil de lavar conciencias. Hay que moverse y mandar lo que verdaderamente necesitan, sea comida, elementos de sanidad, elementos para potabilizar el agua, a fin de evitar pestes.

Si, ya se lo que me van a decir; que la Mas.·. en España, vio interrumpida su actividad durante 40 años; bien, lo acepto; pero esos 40 años finalizaron, afortunadamente, hace 35 años. Que se ha hecho en esos 35 años, además de ver quien tiene el ego mas grande? El ombligo mas lindo?

QQ.·. HH.·. el movimiento se demuestra andando; es por eso, que les pido a todos que, de una vez por todas, nos movamos. Les pido a los directivos que sean un poquito más hábiles y que capitalicen la experiencia y los conocimientos que han traído en sus bagajes, los que lamentablemente han tenido que emigrar de países donde las LL.·. tienen no menos de 150 años de pleno ejercicio de la Mas.·..

Estamos a vuestra entera disposición.

QQ.·. HH.·. de la R.·. L.·. Acacia, de hoy en mas, miraremos para adelante, ni siquiera a los costados, y de nuestras heridas del pasado, saquemos la parte positiva.

Hagamos oídos sordos a las blasfemias que divulgan algunos HH.·. en sueños o en activo.

Cuando nos pongan palos en las ruedas, quitémoslos y continuemos nuestro camino. así llegaremos a ser verdaderos Aprend.·. Mas.·.

He dicho.

El V.·. M.·. de la R.·. L.·. ACACIA Nº 57

sábado, 27 de marzo de 2010

Templo Dr. Luis Simarro



A L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.


TEMPLO LUIS SIMARRO LACABRA

12 DE NISSAN DE 5770 (V.·. L.·.)

QQ.·. HH.·. TODOS:

En el día de la fecha, las RR.·. LL.·. ACACIA (Ex JOAQUIN SOROLLA) – G.·. L.·. S.·. E.·. - y PERSEVERANCIA i LLIBERTAD – G.·. L.·. C.·. E.·. – hemos inaugurado un nuevo Templo, donde realizaremos, a partir de ahora, nuestras Ten.·. Mas.·.

A la Ten.·. inaugural, han asistido delegaciones de varias RR.·. LL.·. y Obed.·. con Sede en la Comunidad Valenciana.
A saber:
* R.·. L.·. MEDIODIA – G.·. L.·. S.·. E.·. - Or.·. de SEVILLA
* R.·. L.·. MANUEL FABRA – G.·. L.·. S.·. E.·. – Or.·. de CASTELLON
* R.·. L.·. BLASCO IBAÑEZ – G.·. O.·. F.·. – Or.·. de VALENCIA
* R.·. L.·. ITACA – G.·. L.·. F.·. E.·. – Or.·. de ALICANTE
* R.·. L.·. ALBA DE LEVANTE – D.·. H.·. – Or.·. de VALENCIA
* R.·. L.·. DE CORCEGA – G.·. L.·. M.·. U.·. D.·. F.·. – Or.·. de CORCEGA – FRANCIA

Este siempre grato acontecimiento se produce, para Nosotros los miembros de la R.·. L.·. ACACIA, después de un periodo de tiempo, en que no podíamos hacer nuestras Ten.·. de forma normal, por carecer de Temp.·.

El día 07 de octubre del año pasado (2009) (e.v.) fuimos intimados, intempestivamente, a desalojar el Temp.·.

Fuimos acogidos en las instalaciones de una Entidad de Clase Profana, mientras buscábamos un Temp.·. para poder trabajar.

Varias fueron las RR.·. LL.·. que intentaron tendernos una mano, algunas se encontraban que el propietario del inmueble no quería que se lo compartiera, otras nos imponían determinadas condiciones y otras, nos imponían condiciones degradantes, que mejor no recordar.

Al fin, llegamos a contactar con los QQ.·. HH.·. de la R.·. L.·. Perseverancia i Llibertad, los cuales nos acogieron en su Temp.·. sin condicionamiento alguno, con la sola advertencia de que se trataba de un lugar “precario”, que debía ser desocupado en un lapso de seis meses.
Entonces, éramos dos Tall.·. que buscábamos donde trabajar.

Por lo que, se comenzó la búsqueda, hasta dar con el predio que hoy disponemos. Se le acondiciono como corresponde y así, se llego al ansiado día.

Hoy podemos decirles a todos los QQ.·. HH.·. que “TENEMOS TEMPLO”; que cualquiera que pase por el Or.·. de Valencia, puede venir a visitarnos, que lo podremos recibir, sencilla pero calurosamente, en nuestra casa.
El nuevo Templo por decisión unánime de los HH.·., toma el nombre del Q.·. H.·. en Or.·. Eter.·. Luis Simarro Lacabra. http://es.wikipedia.org/wiki/Luis_Simarro

He dicho

El V.·. M.·. de la R.·. L.·. ACACIA Nº 57 – G.·. L.·. S.·. E.·. –
Al Or. de Valencia, sábado 27 del mes de marzo de 2010 (e.v.) – Shabat 12 de Nisan de 5770, V.·. L.·.

viernes, 26 de marzo de 2010

Equilibrio



A L.·.G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·.


EQUILIBRIO


Recuerdo haber visto un capítulo de una serie televisiva, en él, un astronauta lanza un martillo al vacío, perdiéndose el objeto en la negrura del universo.

Sin fuerza que se le oponga, el martillo viajará eternamente, en el universo no rigen las leyes que rigen en nuestro planeta.

Aquí, en nuestro planeta Tierra, la naturaleza posee una ley que lo rige todo, "La lucha de los opuestos", fuerzas contrarias actuando la una sobre la otra, fuerzas que niveladas armonizan, y desequilibradas generan caos y conflicto.

Si bien el vacío del universo, parece ser neutral, en cada planeta según su circunstancia, posee sus normas, y el nuestro está controlado por una naturaleza de la que es imposible escapar. Y una Ley que es en la que se fundamenta, La Ley de los opuestos.

Según ésta ley, fuerzas en igualdad armonizan, y fuerzas en desequilibrio destruyen.

A una acción le corresponde una reacción, y esto lo encontramos manifestado en cualquier ámbito.

La encontramos en la política, y permite el contraste de opiniones y de opciones para la mejor administración de los asuntos públicos, eso tan solo si existe equilibrio entre las distintas opciones políticas, convirtiéndose así los partidos en elementos o fuerzas de la naturaleza.

Puede ocurrir que ese equilibrio desaparezca, entonces la humanidad se ve involucrada en guerras y en dictaduras, en conflictos provocados por el deseo de hegemonía de una opción frente a la otra opción política de fuerza menor.

Encontramos también ésta Ley en nosotros mismos, cuando hacemos referencia al sistema nervioso simpático y parasimpático. De modo que efectivamente, la Ley que rige lo grande rige lo pequeño.
Con éstos ejemplos dados, se puede entender que la naturaleza y sus leyes de armonía y desarmonía, se concretan. Se hacen palpables y reales.

Durante la guerra fría, se dio un equilibrio entre fuerzas ideológicas opuestas, existía un orden que garantizaba la paz, un orden provocado por la tensión constante y la lucha constante entre fuerzas ideológicas opuestas.

Cuando una fuerza crece frente a la otra, su poder hegemónico rompe la armonía, el equilibrio, arrasa, pretende controlarlo todo y serlo todo.

El enfrentamiento equilibrado, aunque sea tenso, es una garantía de armonía, y marca los límites de cada fuerza.

La naturaleza, es como el vacío del universo, permite que cualquier fuerza consiga la hegemonía que busca, y que por su propia naturaleza quiere o necesita alcanzar.

Lo observamos cuando vemos ejemplos de especies animales que invaden un terreno y en el que no encuentran un depredador natural.

La especie crece y crece, hasta que la propia naturaleza, logra la extinción de esa especie, gracias a la falta de recursos para la supervivencia de esa especie.

El propio ser humano, es una especie animal que crece y crece, carece de depredador natural, y ésa evolución y progreso en su hegemonía es su gran peligro.

Y la causa final de su futura extinción o drama final.

Si somos conscientes en nuestras relaciones humanas, en las logias y en nuestra vida profana, de ésta ley, y procuramos no crear tensión, ser más comprensivos con el criterio ajeno, más tolerantes, ayudaremos a que ese equilibrio sea posible en el ámbito humano.
He dicho
Un
M.·. M.·.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Silencio


A L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.


SILENCIO


QQ.·. HH.·., conforme al Diccionario de la Real Academia de la Lengua en su primera acepción señala que “silencio”: es la “abstención de hablar”, su segunda acepción, señala que es la “falta de ruido”. Por el contrario el término “silenciosamente”, se entiende, en primer término como “con silencio”, en su segunda acepción se entiende como “secreta o disimuladamente”. Al seguir buceando en el concepto, leemos que “Silencioso”, en su segunda acepción, es aquello que se aplica “… al lugar o tiempo en que hay o se debe guardar silencio”, también se puede entender como la falta de ruido, la tercera acepción, si seguimos en este deambular por el diccionario, leemos que “silente” se refiere a: “silencioso”, “tranquilo”, “sosegado”.

El presente burilado, tiene su origen en la necesidad que observo, creo que tenemos todos, yo el primero, no tanto de guardar silencio, cuanto en saber guardarlo. El silencio, entiendo, no debe darse en nosotros porque nos sea impuesto por el Ritual, es algo, creo yo, que debe nacer desde nuestro interior, no es tanto, como dice el diccionario, la falta de ruido, que también es necesario, es más bien, entiendo: “el tiempo y lugar donde hay y se guarda silencio”. Es, a su vez, una conducta personal, es más, diría que debe ser una conducta militante, la necesidad de ser “silencioso”, “tranquilo”, “sosegado”, es algo que debe estar presente de forma constante en nuestro hacer diario, durante las dieciséis horas de vigilia del día, (las ocho restantes son para el descanso), pero como algo más que por “la ausencia de ruido”. Un “silencio” constructor que nace desde nuestro interior.

Nuestro silencio es un silencio no impuesto, es discrecional, libremente aceptado, es un silencio creador, es un silencio positivo, un silencio que no tiene otras reglas que nuestra propia razón e interior personal. Es ese silencio que escucha y mira a nuestro interior, tanto como a nuestro derredor. Silencios ambos que se convierten en vasos comunicantes, interior-exterior, exterior-interior, que juntos crecen en paz y armonía, pues uno sin el otro nos convierte en personas opacas, con escorias y asperezas que es preciso, a diario, limar. Una persona no sólo puede ser interior, pues sería una persona solitaria, aislada; tampoco puede serlo todo exterior, sería una persona extrovertida, lo que llevaría a convierte en un individuo vacío, sin contenido personal, sin ese yo que conforma nuestra personalidad. Por ello entendemos que debemos ser personas armoniosas, tanto en el interior como en el exterior; es claro que este no existe si aquel no es fuerte y creador. Por ello siempre y en todos lo ordenes debemos ser creadores de paz en armonía. Paz y armonía interior y exterior, tanto para nosotros mismos como para quienes nos rodean. Algo que ciertamente se nos antoja tarea difícil, pero no imposible, máxime si hablamos de personas iniciadas en la francmasonería, pues sólo este hecho ya es el primer sillar de ese edificio que personalmente todos debemos construirnos, desde nuestra individualidad y en colectividad. Espacios que empieza con el nacimiento y termina con la muerte.

La conducta de un francmasón en ese edificar, entiendo yo, debe ser una aptitud militante, lo que me lleva a otro concepto no menos importante: la “paciencia”. Sí, ya se que se dice que “la paciencia es la fuerza de los débiles”. Aún así, creo que nunca seremos lo suficientemente silenciosos si no somos pacientes, la paciencia, es: “saber esperar”. No se puede estar en silencio si no se sabe esperar. Tanto el tiempo como el espacio tienen su momento, por ello además de saber ser silenciosos, hay que saber guardar silencio, igualmente, en el tiempo y en espacio y, como ya queda dicho, no se puede ser silencioso si no se es paciente.

El silencio del que aquí hablamos, no es el mismo que nos es exigido por el Ritual al cierre de nuestros trabajos. Este silencio viene dado por un juramento, razón por el cual quien lo incumple se convierte en “desleal” y por ende “perjuro” y, al perjuro ya sabemos lo que le puede ocurrir, digo puede, porque también sabemos que no suele ocurrir nada; es decir, no se cumple con lo exigido por el Ritual y tampoco se aplica el Reglamento. Lo que resulta ser un doble hecho malicioso para nuestra Augusta Institución, pues el incumplimiento es doble, unos por activa y otros por pasiva. Pero esto es una cuestión que corresponde a otro burilado.

Para un francmasón, hablar, más aún hablar en Logia, no sólo le es preciso romper el silencio, es necesario nacer desde el silencio. Silencio que nos viene impuesto desde la “Cámara de Reflexión”. Momento y espacio al cual hay que volver todos los días, siempre que no olvidamos que somos “eternos aprendices”.

Si en Logia es el “Mallete” del V.·. M.·. quien genera y rompe el silencio, en nuestro interior debe ser nuestro propio mallete quien lo activa o desactiva, no olvidando nunca, eso si, que somos eternos aprendices y que el aprendiz lo que debe hacer es estar siempre atento con todos sus sentidos, en plena vigilia las dieciséis horas del día. El silencio, entiendo yo, es una de las mejores herramientas de todos nosotros, es la vía por la cual podemos distinguir lo cierto de lo falso, lo blanco de lo negro. El silencio “es el único árbol que crece con la raíz hacia arriba, y su sombra, la única que hace deleitosa la fatiga de existir”.

El silencio, tal y como yo lo planteo aquí no es otra cosa que una catarsis, un morir para volver a nacer, para volver a morir, para volver a nacer. Tras el silencio se instaura el orden, se vuelve a nacer, se vuelve a vivir.
El silencio forma parte de la vida, es construcción, edificación ordenada, desde el silencio se toma impulso para la acción, pues sólo en el silencio se produce la reflexión, aún cuando ésta sea colectiva. Sólo desde el sosiego y en silencio se puede crear. La algarabía, cualquiera que sea su forma de presentación, es ruido, es destrucción, es negación de la persona, por ende negación de la razón, incluso de la colectividad. La razón, por el contrario, sólo crece y se expande como el aceite sobre el mar, cuando se produce en y desde el silencio. Hay que practicar el silencio igual que hay que saberlo escuchar. Cuando practicas el silencio ganas en extensión, cuando escuchas el silencio creces en hondura.

Nuestra vida masónica está impregnada de tiempos de silencios, las tenidas nacen en el silencio y terminan cuando reina el silencio. Las columnas toman la palabra que concede su vigilante tras el silencio que abre el V.·. M.·.. Vuelve la palabra a Oriente cuando el mallete del 1º V.·. dice que reina el silencio en ambas columnas. Toma la palabra el Orador reinando el silencio más absoluto en todo el Taller. Los silencios marcan los tiempos, así, el V.·. M.·. concede la palabra cuando reina el silencio y cierra los trabajos cuando los HH.·. en y desde el silencio se reconocen y quedan satisfechos por el salario recibido.

Nuestro silencio no es soledad. Ciertamente como antes hemos señalado, el silencio ya porque le practiquemos, ya porque lo escuchemos, es un acto edificante, aún cuando estemos solos o acompañados. No así la soledad, la soledad puede darse estando solo y teniendo compañía, la soledad es taciturna, destructiva, negadora de la persona.
Se dice que “las mejores verdades son las no dichas”, ciertamente creo que es así, ello quiere decir, que el silencio, además de todas las virtudes que ya hemos señalado, tiene otra no menos importante, preservar la honorabilidad de las personas.

Otra cuestión no menos importante, anexa al silencio, es la planteada en la China antigua por Tao-Sheng (360-434), quien decía: “usad las palabras para explicar pensamientos, pero -en- silencio, cuando los pensamientos se hayan absorbido…, buscar la verdad…”. Cuestión esta que nos lleva a otra afirmación no menos importante, la que nos da a conocer el valor del silencio. Así, el Capítulo VI de la Regla de San Benito, habla del Silencio, quien recuerda que está escrito: “si hablas mucho no evitarás el pecado”, quien continúa diciendo que: “la muerte y la vida están en poder de la lengua”. Hoy nosotros deberíamos decir que también en la escritura, cualquiera de las formas en que ésta se presente. Casi concluyendo San Benito afirma: “Pues hablar y enseñar le corresponde al maestro, pero callar y escuchar le toca al discípulo”. Máxima ésta que se acerca a nuestros trabajos en Logia y las obligaciones de cada uno de los grados.

Así, hemos de admitir y tomar como absolutamente certero el Proverbio Hindú cuando dice: “Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio”, razón por la que yo vengo a afirmar: “Sé siempre dueño de tu silencio, nunca esclavo de tus palabras”. Afirmaciones que no por ser más o menos acertadas dejan de tener un gran significado y realce del concepto que aquí no ocupa, lo que nos lleva a admitir como no menos cierta la vieja afirmación de: “la palabra es de plata, pero el silencio es de oro”. Comportamiento, éste, por el que, si observamos la historia, han pasado los grandes personajes de la humanidad, entre ellos: Sócrates, Pitágoras, Job, Jesús de Nazaret, Mahatma Gandhi, Teresa de Calcuta, y tantos otros más. Punto éste que me lleva a Fray Luis de León cuando en su poema “Canción de la Vida Solitaria” afirma:

“¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruido
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido…!”.

Así, tenemos que el silencio, no la soledad, cuando es interior se convierte en actitud activa, creadora, constructiva, es exigente, pero también purificador, es faro de la verdad, de la paz, de la sabiduría y, al mismo tiempo fortaleza de la persona que lo practica, por cuanto que es liberador de las tensiones internas. Es el sol que ilumina, regenera, purifica y remansa el río, a veces de “aguas bravas” de nuestro “yo”. Aún así, no podemos olvidar que la palabra habita en el ser humano y que es uno de los más importantes medios de comunicación, por ello guardar silencio no es negar la palabra, todo lo contrario, es fortalecerla, es aprender a utilizarla en tiempo y forma.

Si Pitágoras, a quien lo encuentro como “hijo del silencio”, en su diálogo con Amset, guardián de la muerte, afirma que: “La muerte supone el cese definitivo de la actividad del cuerpo que es nuestro primer hogar en el mundo, pero no es capaz de aniquilar al ser profundo que lo habita. La suma sutil de lo que ha sido cada individuo se repliega con la muerte del cuerpo, del mismo modo en que, cada noche, la mente se repliega al mundo de los sueños. Esta suma sutil de lo que realmente es cada individuo equivale a la su esencia, a la cual se han agregado las impresiones dejadas por las experiencias adquiridas a lo largo de muchas vidas”. Si en este texto el maestro Pitágoras habla de la muerte física, contrariamente yo hablo de la muerte para la vida; es decir, morir en el silencio, recluirse en el silencio, para volver a nacer, para volver a vivir, y, si esto lo hacemos en Logia, además, hay que añadir el “compartir”, pues en ningún caso podremos estar en Logia si no “nacemos” y, nacer en Logia, es “vivir” y, vivir es “compartir”, y, compartir es saber ser “silentes” en el tiempo y en el espacio.

Afirma Walter Hess, neurocientífico, Premio Nóbel: “…existen y evolucionan en este mundo muchas cosas que no son accesibles a nuestra comprensión, porque nuestra organización cerebral está primariamente diseñada para asegurar la supervivencia del individuo en su entorno natural. Pero encima de esto, el silencio modesto es la actitud adecuada…”

Del Q.·. H.· José Ramón Barragán López, R.·. L.·. S. Verdadero Cambio, Tamaulipas, México, tomo las siguientes palabras: “…Los hombres verdaderamente fuertes son, por lo general, las más silenciosos, así como los más gentiles. Los que más hablan son los que menos hacen…”. “…El discurso corresponde a los hombres; la música a los Ángeles, y el silencio a los dioses…”. “…Las voces de los sabios y de los compasivos no son oídas mas que por quienes saben sustraerse al tumulto de las palabras y de las querellas humanas, para colocarse en el centro, esperar que suene la música del silencio y aprender la sabiduría, la fuerza y la belleza que fluyen de ese centro para quienes pueden aliarse con esas secretas fuerzas benéficas de donde vendrá la salvación de los hombres y la salud del mundo…”.

El silencio puede representar muchas cosas, los resultados del mismo dependen de la forma de accionarlo, así, en algunas ocasiones puede ser encubridor, en otras ocasiones puede ser resultado de cobardía personal, también puede ser resultado de una ineptitud o prudencia o, como hemos visto con palabras de Fray Luis de León: sabiduría.
El silencio es cobardía cuando se debe hablar y nos callamos; es encubridor cuando alguien ante una cosa o acción calla; también se dice que es una “bendición”, cuando después de un ensordecedor ruido se hace el silencio.
El Tao dice: “Quédate en silencio, cultiva tu propio poder interno. Respeta la vida de los demás y de todo lo que existe en el mundo. No trates de forzar, manipular y controlar a los otros. Conviértete en tu propio maestro y deja a los demás ser lo que son, o lo que tienen la capacidad de ser…”. Sé discreto, preserva tu vida intima…”. “…No compitas con los demás, vuélvete como la tierra que nos nutre y que nos da lo que necesitamos. Ayuda a los otros a percibir sus cualidades, sus virtudes y a brillar. El espíritu competitivo hace que crezca el ego y crea conflictos inevitablemente. Ten confianza en ti mismo, preserva tu paz interna…”

El silencio es el camino para encontrarse a sí mismo, es una medida terapéutica, descubrimos nuestro interior y, no sólo nos distancia de nuestro más inmediato derredor, cuanto que también nos aleja del enojo y rencor. El silencio nos disciplina y nos obliga a discernir por cuanto que nos dice cuando es el momento de callar y el instante de hablar. Ello nos obliga a un diáfano conocimiento de nosotros mismos, pues antes de mirarnos en los otros, nos descubrimos a nosotros mismos. El silencio no esta separado de la palabra ni es una renuncia pasiva a la misma, es por el contrario una actitud activa frente a las emociones e impulsos personales, por ello el silencio es fructífero cuando nace y se conduce en el interior de la persona. En este caso cuando la palabra nace, lo hace desde la humildad y el reconocimiento del otro, desde la “tolerancia”, por ello el silencio es una actitud interior creadora, de aquí que quien sabe guardar silencio, también, cuando llega el momento sabe hablar.

SILENCIO

No porque silencio guardé
es que silencio otorgué,
si silencio guardé
es porque entendí que hacía bien.

Si silencio es otorgar,
no todo otorgar es silencio guardar.

Con silencio se otorga,
con silencio se niega,
en silencio se vive
en silencio se muere.

Vivir no es morir,
mas sí es cada día nacer
para cada día morir.

Morir al silencio,
es vivir para nacer.

He dicho
H.·. Ximo
M.·. M.·.

Or.·. de Valencia, 21 de febrero de 2006 (e.·.v.·.)

miércoles, 17 de marzo de 2010

Saco de Beneficiencia

A L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.


SACO DE BENEFICIENCIA


Su origen histórico se remonta a la "Orden de San Juan" 1120 (e.·. v.·.) ratificada en 1140 por Alfonso VII y establecida en España de 1145 a 1150, cuyo primer Gran Maestre fue Gerardo. Se llamó también "Orden de los Hospitalarios", porque el Papa les encargó el gobierno y administración del Hospital de Jerusalén que servía para el restablecimiento de los católicos que peregrinaban a aquella ciudad a visitar el santo sepulcro y otros lugares. Fueron exentos de impuestos, recibían donaciones de los Reyes y nobles y cumplían al igual que los templarios los tres votos de Castidad, Obediencia y Silencio, más el de Hospitalidad. Los Hospitalarios y los Templarios fueron construyendo centros de restauración y curación, iglesias, etc. a lo largo de la costa sur del mediterráneo hasta Jerusalén, los primeros encargándose de su administración y los segundos de su seguridad y la de los peregrinos. El recrudecimiento de las luchas contra los sarracenos obligó a los Hospitalarios a tomar las armas, a semejanza de los templarios, confundiéndose entonces con ellos. De esta Orden viene al Referencia al término "Logia de San Juan", usado en el reteje del primer grado, que rememora la primera pregunta del Elohim que debe contestar el Masón en su viaje a Oriente: ¿De dónde venimos?. Igualmente, el Cargo en Logia de Hospitalario es una remembranza a los principios y fines de dicha Orden. El Saco de Beneficencia o Tronco de la Viuda, o Tronco de Solidaridad, es una bolsa o una caja, o un cofre, que contiene las aportaciones de los HH.·. para hacer una obra de beneficio a los necesitados.

En él los Hermanos depositan de manera discreta, y sin ostentación, una cantidad como aportación solidaria para tal fin; o bien extraen de él lo que necesiten o pueden proponer que se destine a cierto acto de Beneficencia o Solidaridad. Se decora con una Cornucopia (Cuerno de la Abundancia) o bien, con una Mano extendida en señal de ofrecimiento de auxilio, emblemas ambos de la actitud de predisposición permanente de atención material y moral que los masones debemos procurar hacia nuestros iguales. Hay quien usa como emblema un Saco, pero esto nos parece redundante y poco instructivo, comparativamente con los símbolos señalados. El Hospitalario se encarga de circularlo y de destinar su contenido a los actos acordados por la Logia, rindiendo cuenta de ello en el momento oportuno. La forma en que se desempeñan las funciones de este cargo se prevén en los Antiguos Usos y Costumbres de la Orden.
He dicho.
Un
M.·. M.·.